ANTECEDENTES
En
la década de los ochenta y principios de los 90, estudios realizados
a lo largo de la costa peruana establecieron que cerca de 20,000 delfines
morían anualmente víctimas de las pesquerías y que la carne de estos
animales era usada para consumo humano. Con este penoso récord, Perú
pasó a formar parte de la lista de países en los que existe una captura
dirigida de delfines para consumo humano, junto con Japón y Sri Lanka.
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