-
-
En
los últimos años se ha incrementado la interacción forzada
de delfines con humanos, materializada en los programas de
nado con delfines. Estas interacciones incluyen los programas
de "delfinoterapia" y nado con delfines tanto en cautiverio
como en su ambiente natural.
La delfinoterapia, utilizada para el tratamiento de personas
con discapacidad de diversa naturaleza, ha servido como excusa
para el mantenimiento de delfines en cautiverio, sin que existan
estudios que prueben que los resultados de esta "cura milagrosa"
son superiores a los logrados con mascotas como perros y gatos,
caballos u otros animales domésticos. De lo que sí hay pruebas
es de las grandes ganancias de las instituciones que se dedican
a esta actividad.
El nadar con delfines o alimentarlos en su ambiente natural
nos puede parecer divertido, pero puede ser dañino tanto para
los delfines como para los humanos. Uno de los principales
riesgos para los delfines es que se habitúen a la presencia
de humanos y sus embarcaciones, haciéndolos perder parte de
su capacidad de estar alerta y ser víctimas de enmallamientos
en redes pesqueras, sufrir heridas serias por las hélices
de las embarcaciones o a ser dañados intencionalmente por
las personas. A pesar de que los delfines tienen reputación
de ser "juguetones" y "amigables" es bueno recordar que estos
son animales silvestres que pueden tornarse agresivos. Esto
se ilustra con un caso ocurrido en Brasil, en el que un delfín
(llamado Tiao) reaccionó violentamente cuando dos nadadores
trataron de agarrarlo; ambos sufrieron roturas de costillas
y uno ellos murió producto de una hemorragia interna.
Hay que mostrar respeto por la naturaleza; los delfines no
son mascotas ni animales de entretenimiento y es mejor dejarlos
en su estado silvestre.
ACOREMA apoya todas las acciones internacionales en contra
del nado con delfines, y se mantiene alerta ante cualquier
posibilidad del desarrollo de esta actividad en el Perú.
|